No veo el cielo, sólo un pañuelo blanco
La casa de las Madres tiene una intensa actividad cultural. Esta es una crónica de de la Caminata poética del pasado sábado 6 de septiembre escrita por Max Tonelli, estudiante de la carrera de Comunicación de la UBA que realiza sus prácticas pre profesionales en la Casa de las Madres.
“No te entregues corazón libre, no te entregues” fue el estribillo que daba fin a la Caminata Poética que se llevó a cabo el pasado sábado en la Casa de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora.
Una sucesión de poesías recitadas por Felippe Foppiano y Oscar Naya, ambos al frente de la obra teatral “SER ALGUIEN, LA HISTORIA DE UN NIETO RECUPERADO” guiaban e invitaban a recorrer la muestra permanente del primer piso. Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de María Adela Antokoletz, Vicepresidenta de Madres y Coordinadora de FEDEFAM, quien además invitó a visitar y a habitar estas salas. Volvió a reivindicar la importancia de la Memoria, Verdad y Justicia y apelando a la democracia pidió que se abran las puertas que se han cerrado de los distintos pabellones para continuar estableciendo equipos de investigación como los hubo antes, pabellones con los que “todavía no se han metido las orugas destructoras del gobierno”.
Este espacio para mi provoca una emoción especial porque en este lugar habitó la quintaesencia del horror y hoy se convirtió en todo lo contrario, verlo como algo que conserva la ternura y la alegría. Poder sumar todo lo que hacemos dentro de éstas paredes es un orgullo y un honor, contaba Fopiano.
El hilo conductor. La elección de poemas algunos de ellos escritos aún en cautiverio, esa recuperación para hacerla propia y poder contarla, ponerle voz a eso, fue en palabras de los actores “el agregado de un componente de sanación, una divina alineación planetaria”. La perlita se la ganó un cierre musical exquisito en guitarra y voz de Marcelo Ferrer que logró emocionar y hacernos cantar y aplaudir a todos.
