Escuela Popular de Música

La Escuela Popular de Música es un proyecto en el cual se comienza a trabajar a mediados del año 2008. La idea inicial fue concebida a partir de la hermosa idea de Enriqueta Maroni, una de las mentoras del proyecto, “la música era algo que le gustaba a nuestros hijos, es algo que siempre está del lado de la vida y del cambio”. 
Así, el mensaje del arte como actividad que incluye las diferencias y es capaz de promover la transformación social con su mensaje humanizante de paz.
Para tal objetivo, referentes de Madres se comunican con el Ma. Miguel Ángel Estrella y la Fundación Música Esperanza, representada por la Lic. Esther Cordoba quien desde su gestión como presidenta y su formación en la educación popular trabajo en el proceso de incubación de la Escuela.
La Escuela como tal delineó tres ejes de trabajo en función de una demanda socio histórica y una vacancia en la oferta de formación musical:
– la formación de formadores, en línea con el perfil de talleristas/educadores y gestores musicales.
– el desarrollo de oficios en música, o formación de trabajadores luthiers.
– la promoción de acciones en territorios populares a partir de demandas sociales, de ahi el arte presente en barriadas, cárceles, hospitales, refugios y hogares, entre otros espacios donde la música sea herramienta de posibles transformaciones. 
Asimismo, el concepto de musicalidad buscado pretende asumirse desde discursos alejados a la música solo para talentosos y desde concepciones hegemónicas.
Miguel Estrella, desde su historia de vida promovió la visión de una  Escuela como “uno de esos sueños veinteañeros, donde la formación musical no sea para unos pocos dotados sino que esté al servicio de la libertad”.
Así son puntos basales promover prácticas decoloniales, en perspectiva de género y desde pedagogías emancipatorias con un claro perfil inclusivo en diálogo con los territorios populares y, facilitando la profesionalización de referentes comunitarios que puedan ser gestores y replicadores en sus propias comunidades.
De tal modo que sean honrados los objetivos transformadores de una generación a través del desarrollo artístico-musical, y que esta impronta sea generadora de inclusión social.

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