La inauguración de la Muestra Anual N° 36 de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina abre sus puertas por primera vez en la Casa de las Madres.
“Esta casa es producto del abrazo del pueblo argentino a las madres”. Es sábado 18 de octubre en la Casa de las Madres y su directora, Paula Maroni, recibe a todos los que se reúnen en la inauguración de la Muestra Anual de ARGRA. Las fotografías colgadas en las paredes narran los acontecimientos destacados del 2024, desde los ojos de más de 85 fotoreporteros de todo el país. Un recorrido por temáticas de política, actualidad, deportes, vida cotidiana, arte, naturaleza y medio ambiente.
El predio está activo desde hace unas horas con distintas actividades. A las 15 se realizaba un abrazo al Museo Sitio del Espacio Ex Esma convocado por organismos de derechos humanos y sobrevivientes, en reclamo del vaciamiento de políticas de memoria por el Estado. La feria de economía popular toma lugar a lo largo del día, en la Casa por la Identidad se proyecta una película y el espacio de H.I.J.O.S invita a bailar milonga.
“Ocupar estos espacios también es resistir. El fotoperiodismo es un hecho político de denuncia y resistencia. Recibir en esta casa esta exposición renueva el compromiso histórico de los organismos de derechos humanos y el fotoperiodismo, que va a ser para siempre”.
Sebastian, presidente de ARGRA, toma la palabra para agradecer y reconocer el aprendizaje como trabajadores de prensa de “poner el cuerpo en las calles, como las Madres, siempre con el amor por sobre todo”. El texto de la muestra fue escrito por la periodista Felicitas Bonavitta y es leído por el fotógrafo Guido Piotrkowski, de título «Prohibido olvidar”: “Este momento nos convoca al olvido. Olvidar el significado de las palabras, olvidar la historia, olvidar nuestros nombres y el de nuestros compañeros y compañeras, olvidar nuestras luchas”.
Las preguntas hacen eco en la sala “¿Es que todo se compra y se vende? ¿Vamos a defendernos o se aplica el sálvese quien pueda?”. Una parte importante de la exposición se dedica a retratar la represión policial, en gran parte aplicada en las manifestaciones de jubilados. Se hacen presentes el nombre de Rodolfo Walsh, de José Luis Cabezas y de Pablo Grillo. El nombre de Pablo detiene el discurso para expresar el pedido de justicia y aplaudir.
El sol de la tarde cae y las personas entran a la Casa Nuestros Hijos, la Vida y la Esperanza. Los pañuelos pintados en el piso les dan la bienvenida. Por allí ingresó la madre de Plaza de Mayo Taty Almeida, quien ahora toma el micrófono. “Una foto dice mucho más que muchas palabras”. Taty remarca la labor del fotoperiodismo y rememora a la madre Vera Jarach, fallecida recientemente, para citarla: “Nunca más el silencio”. Las Madres marcan el camino de resistencia para las nuevas generaciones, con el cuerpo y la voz, contra la indignación silenciosa.

En reconocimiento a los miembros de ARGRA, se entregan pañuelos a su presidente, al trabajo de la fototeca y de su escuela en representación de las Madres. Al finalizar, la Tecnicatura en Música Popular que funciona en la Casa está lista para poner acordes de folclore a la apertura de la fecha. Una guitarra, un bombo y dos voces bastan para iluminar la muestra con canto, baile y palmas. Una ronda de chacarera se arma entre la gente, mientras otros se acumulan en los pasillos, pasean por las fotos y las señalan para comentarlas. Los fotógrafos se ubican junto a su foto para ser capturados por otros. El ambiente se llena con el sonido del murmullo de quienes se saludan, se encuentran, beben y charlan; algunos desde afuera, en la entrada.

Expuesto en imágenes, expresado en nombres o en los rincones construidos de la Casa, el deber humano de recordar prevalece. El fotoperiodismo nos interpela para pensar con una mirada crítica puesta en el ojo de la cámara.
La muestra número 36 de ARGRA es una invitación a ello desde voces diversas, agudas, hechas imagen y podrá visitarse hasta el 20 de noviembre de lunes a viernes de 11 a 20 hs y sábados de 13 a 18 hs en la planta baja de la Casa de las Madres (Espacio Memoria | Av. del Libertador 8151).








